Así lo reconoció a este periódico Vicente Pérez, director de Meteogalicia, el servicio meteorológico autonómico, que cifró el coste total del proyecto en 3,5 millones de euros. En todo caso, avanzó que ya han comenzado las mediciones en el monte Xesteiras, en el municipio pontevedrés de Cuntis, donde se levantará un fuste de 45 metros de altura y 7 de diámetro sobre el que se situará una plataforma, el radomo, que cubrirá la antena del radar.
La puesta en servicio de este instrumento meteorológico situará a Galicia en la vanguardia de la predicción e incrementará la capacidad de adelantar episodios adversos hasta un 200 por ciento sobre la situación actual.
El proyecto de instalación final ya ha sido licitado y desde Meteogalicia confían en contar con sus servicios el próximo verano, bastante más tarde de lo previsto, dado que las primeros planes de la Consellería de Medio Ambiente que dirigía el socialista Manuel Pachi Vázquez apuntaban a tener el radar operativo antes de finalizar 2008.
Este radar permitirá la detección temprana de posibles riesgos meteorológicos extremos y activar la alarma inmediata para, por ejemplo, lanzar avisos ante inundaciones y desplegar los equipos de emergencia que sean necesarios. Esto es así porque la tecnología del radar detecta el contenido de agua que trae el frente -alcanza hasta la estratosfera- y prever en qué lugar caerá y con qué intensidad. Además, mejorará las estimaciones cuantitativas del viento y permitirá discriminar entre los distintos meteoritos: lluvia, nieve o granizo.
El sistema tendrá capacidad para detectar los frentes en un radio de 250 kilómetros, lo que significa la cobertura íntegra de la comunidad gallega. Las múltiples aplicaciones sociales del radar son destacadas por Vicente Pérez entre las bonanzas de la nueva herramienta.
Aplicaciones sociales
El director de Meteogalicia explicó que se conocerá la intensidad de las precipitaciones en toda la comunidad y así los expertos podrán tener la "certidumbre de la cantidad de lluvia que va a caer en un lugar". Todo ello permitirá no sólo alertar a las población con antelación, sino además hacer "modelos de prevención de inundaciones", y seguimientos de las crecidas de los ríos, las cuencas hidrográficas y aumento de nivel de los embalses, importantes aplicaciones para las empresas hidroeléctricas. También, podrá redundar en beneficio de los mariscadores, toda vez que conocerán de antemano la cantidad de agua dulce que podrá llegar a las zonas de marisqueo y que causa los estragos.
Vicente Pérez destacó además que el radar será una ayuda para estudios de estado sólido e investigaciones en telecomunicaciones, o para hacer seguimiento de animales en vuelo.
Fuente: El Correo Gallego
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